La diplomacia del diálogo en el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita

de Fabio Massimo Parenti – El acercamiento diplomático entre Arabia Saudita e Irán ha demostrado la contribución que China puede hacer en la promoción de la seguridad global y ha confirmado cómo las innumerables tensiones internacionales, incluso las más amargas, pueden resolverse promoviendo el diálogo y la diplomacia.

La mediación china, en el proceso de acercamiento entre dos países clave de la región de Oriente Medio, permitió alcanzar un histórico acuerdo de paz y cooperación, inmortalizado en la foto, tomada en Pekín, que retrata al director de la Oficina del Centro Comité de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China, Wang Yi, entre Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, y Musaad bin Mohammed Al-Aiban, miembro del Consejo de Ministros y asesor de seguridad nacional de Arabia Saudita. Esta instantánea reúne dos conceptos casados ​​y perseguidos por la diplomacia china en la nueva era: el camino que conduce a la creación de una comunidad humana de destino compartido y el paradigma de la convivencia pacífica entre los diversos países del mundo, respetando cualquier cultura y diversidad política. La imagen es también una perfecta metáfora del papel decisivo que ha jugado China que, tras meses de intensa labor diplomática, consiguió resolver un diferendo entre Riad y Teherán, que llevaba siete años desde 2016 (y que tiene sus raíces en un conflicto parejo). pasado más lejano). A partir de ese momento, de hecho, los dos países habían dejado de tener relaciones diplomáticas.

Ante ello, no podían faltar los reconocimientos y aplausos internacionales por el resultado obtenido en Beijing. Empezando por la de Naciones Unidas, que saludó el acuerdo saudí-iraní y elogió el papel de China en el proceso. Así como la Unión Europea, que se sumó a otros estados -entre ellos Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Irak, Cuba y Pakistán- explicando en un comunicado que reconoce “los esfuerzos diplomáticos que han llevado a este importante paso”. Los hay que construyen puentes, proponen relaciones entre iguales y de cooperación ganar-ganar y los que, en cambio, apuestan por un juego de suma cero.

Ahora, gracias al acuerdo firmado en China, dentro de dos meses Arabia Saudí e Irán han acordado reanudar las relaciones diplomáticas y reabrir sus respectivas embajadas y misiones. Tal acuerdo no podría haberse alcanzado sin la crucial mediación de China, que ha aplicado efectivamente su modus operandi diplomático -en las antípodas del de Washington- a la crisis saudí-iraní. La República Popular China, en efecto, rechaza la mentalidad de la Guerra Fría y el choque de civilizaciones y, por el contrario, propone el establecimiento de relaciones internacionales win-win, es decir de beneficio mutuo, así como el uso del mecanismo de mantenimiento de la paz y salvaguardia de la seguridad establecida por la Carta de las Naciones Unidas.

“Como amigo confiable de los dos países, China seguirá desempeñando un papel constructivo”, dijo Wang, complacido con el logro sin precedentes que se acaba de lograr. También porque la mejora de los lazos entre Arabia Saudita e Irán, de hecho, ha abierto un camino que podría conducir a la paz y la estabilidad regionales en el Medio Oriente. Estamos ante un ejemplo, por supuesto, que puede y debe ser re-propuesto en cada latitud o región donde haya desencuentros, conflictos o guerras.

A diferencia de Estados Unidos, que ha jugado un papel muy desestabilizador en Oriente Medio (dentro de unos días se cumplirán 20 años de la invasión estadounidense de Irak), China ha adoptado un enfoque completamente diferente, fomentando el diálogo, la paz y la cooperación. . Y, sobre todo, demostrando una vez más cómo, en un mundo interconectado como el que vivimos hoy, la resolución de disputas solo puede lograrse a través de la diplomacia.

También hay que destacar otros dos aspectos. La primera es que la mediación efectiva de China es una clara señal de la influencia cada vez mayor de China en la resolución de disputas internacionales en un mundo multipolar. El segundo aspecto se refiere a las consecuencias de la reconciliación entre Arabia Saudí e Irán, que serán evidentes tanto en Oriente Medio como en todo el mundo. Siendo Riad y Teherán dos actores relevantes en la región de Oriente Medio y el mundo musulmán, una relación pacífica y amistosa entre las dos capitales podría traer más paz y estabilidad a todo el planeta.

EL AUTOR

Fabio Massimo Parenti actualmente es Profesor Asociado Extranjero de Economía Política Internacional en la Universidad de Asuntos Exteriores de China, Beijing. También ha enseñado en Italia, México, Estados Unidos y Marruecos y es miembro de varios think tanks italianos y extranjeros. Su último libro esEl camino chino, un reto para un futuro compartido(Meltemi 2021). En Twitter: @fabiomassimos


Source: Il Blog di Beppe Grillo by beppegrillo.it.

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