Decenas de contaminantes aparecen en los excrementos de chimpancés y otras tres especies de primates Proveedor de compensación: Shutterstock Fuente: Shutters2020 Danita Delimont Offset/Shutterstock
Los primates que viven en Uganda tienen 97 contaminantes químicos en su tracto digestivo, algunos de los cuales estaban relacionados con cambios hormonales en hembras y primates jóvenes.
Los contaminantes químicos han llegado a todos los rincones de nuestro planeta, lo que hace que la exposición a estas sustancias a menudo dañinas en el aire, los alimentos y el agua sea casi inevitable tanto para los humanos como para la vida silvestre. Para descubrir cómo afectan a los primates salvajes, los investigadores utilizaron un método de muestreo mínimamente invasivo: la recolección de excrementos.
Durante dos meses en 2017, tessa steiniche en la Universidad de Indiana y sus colegas recolectaron un total de 71 muestras fecales de chimpancés (Pan trogloditas), babuinos oliva (Papio negro), colobo rojo (Piliocolobus tefroscele) y monos de cola roja (Cercopithecus ascanius) en el Parque Nacional Kibale de Uganda.
Los investigadores probaron la caca mediante análisis químicos y encontraron 97 contaminantes, la mayoría de los cuales se sabe que alteran el funcionamiento de las hormonas en los mamíferos. Los pesticidas y los retardantes de llama, ambos presentes en las muestras, son ejemplos de dichos contaminantes.
El equipo también analizó los niveles hormonales. En todas las especies, las hembras que tenían una mayor concentración de pesticidas en sus heces tenían más probabilidades de tener niveles más altos de cortisol, una hormona del estrés que ayuda a regular el metabolismo y el sistema inmunológico. Los investigadores encontraron un patrón similar en los primates jóvenes, donde las mayores concentraciones de retardantes de llama en la caca se asociaron con niveles más altos de cortisol y niveles más bajos de la hormona reproductiva estradiol.
“Nuestros resultados que muestran efectos en los juveniles son especialmente preocupantes”, dice Steiniche, porque la exposición temprana a estos químicos durante el desarrollo puede tener efectos de por vida. Ella dice que el equipo deberá monitorear a los primates a largo plazo para ver cómo estas toxinas afectan su crecimiento y reproducción.
Esta es una llamada de atención para aquellos que ven a los parques nacionales como lugares libres de la influencia humana. “Creo que todavía tendemos a tener una imagen idealizada de los primates salvajes que viven en hermosos hábitats tranquilos, pero la desafortunada realidad es que incluso las áreas protegidas no están protegidas de los impactos de la contaminación”, dice Steiniche.
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Source: New Scientist – Home by www.newscientist.com.
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