Yolanda Díaz y el reto de unir Podemos, Més País, Compromís y los Comunes en un mismo partido


MadridCuando haya pasado por Andalucía y Canarias, Yolanda Díaz habrá completado el proceso de escucha que comenzó en julio del año pasado para lanzar Sumar, su proyecto político. Pondrá fin a un camino que ha sido relativamente pacífico: Díaz se ha permitido bañarse en masa en gran parte de los actos, que se han convertido en mítines y que ha compaginado con encuentros más reducidos y sectoriales. Ahora será el momento de la concreción. Tendrá que presentar formalmente el contenido político del proyecto, su candidatura y sobre todo abordar la negociación con los partidos de cara a las elecciones generales, seguramente el paso más difícil. El conflicto con Podemos ha ido resonando a lo largo de estos meses, pero es ahora cuando la vicepresidenta segunda y la ministra de Trabajo tendrán que afrontarlo de frente.

El lunes, Yolanda Díaz pidió a los grupos sociales y partidos del espacio “ponerse de pie” y, al mismo tiempo, les agradeció su “paciencia” por haber respetado sus tempos. Hace unos días, Sumar se puso en contacto con las formaciones políticas para abordar esta nueva etapa. También con Podemos. Hasta ahora Díaz había tratado de evitar públicamente la tensión con las lilas lanzando el mensaje de que Sumar “no va a las fiestas” y que las diferencias deben pasar a un segundo plano ante el objetivo de revalidar el Gobierno de coalición. Pero la realidad es la que es y la negociación con toda la constelación de formaciones a la izquierda del PSOE es inevitable. ¿Será más plácido con algunos partidos como Esquerra Unida o los partidos comunes? Seguro que sí, porque la complicidad es mayor. ¿Será más complicado encajar Podemos y Más País? Probablemente, porque las sospechas siguen vivas.

La primera prueba de fuego será el acto que Díaz celebrará en Madrid a finales de mes o principios de abril para presentar su candidatura, donde ya invitará a los principales representantes de todas las formaciones que pretende reunir, una quincena .

El conflicto con Podemos y el encaje con Errejón

Yolanda Díaz tiene en sus manos remendar un espacio desintegrado y, en algunos casos, aún con heridas abiertas del pasado. Pablo Iglesias dejó la política en mayo de 2021, pero aún es evidente su ascendencia en la formación, así como el enfrentamiento abierto con quien eligió como su sucesor. El partido morado dice sentirse menospreciado y quiere hacer valer su capital político. Por eso no quiere diluirse en Sumar, sino firmar un acuerdo de coalición, como vienen repitiendo las ministras Ione Belarra e Irene Montero, un acuerdo que les gustaría ver antes de las elecciones de mayo, e incluso antes de la evento en Madrid.

De hecho, la respuesta de las lilas al anuncio de Díaz el lunes fue inyectar más presión. “Estamos a la espera de que Sumar nos responda para saber si Yolanda Díaz es la candidata de todas y todos, también de Podemos”, ha dicho el coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna. Sin pacto, dejó en el aire la presencia del partido en el evento y también abrió la puerta a no compartir candidatura. En la sala de máquinas de Sumar no ven otra salida que el acuerdo; si, cuando llegue el momento. Díaz dice que no quiere inmiscuirse en las elecciones de mayo -aunque hará campaña en algunos lugares como Cataluña- y, por tanto, no se plantea hacer público ningún pacto hasta después de estas elecciones.

En el otro lado del tablero están Més País y Més Madrid, partidos que nacieron como una escisión de Podemos a raíz de la guerra entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en Vistalegre II, una batalla que no ha sanado pese a la separación y que Díaz tiene ahora el reto de unir a los líderes de ambos bandos. Ni Íñigo Errejón ni Mónica García han concretado las condiciones para la unión, pero sí muestran una buena relación con el vicepresidente segundo. El líder de Més País lo hizo este viernes en un acto conjunto con Díaz para presentar el informe sobre el impacto de la precariedad laboral en la salud mental. “La política no es ruido, fuerza o presión”, defendió el Ministro de Trabajo.

Errejón, en paralelo, lidera el Acuerdo de Túria, una alianza entre formaciones progresistas como Verds Equo o Projecte Drago, la nueva organización del exdiputado de Unides Podem Alberto Rodríguez; o periféricos, como More for Mallorca y Compromís. Díaz también quiere hablar con todos ellos, pero si el diálogo no da frutos, el mismo Joan Baldoví, miembro de la coalición valenciana en el Congreso, no descarta en una entrevista con la ARA que el Acuerdo de Túria pueda servir como plataforma electoral para los generales

La armonía con los comunes y Esquerra Unida

Los comunes, junto a Esquerra Unida (UE), son los principales defensores de Yolanda Díaz. El símbolo es su jefe de gabinete, Josep Vendrell, ex de ICV y ahora diputado. Él, junto al secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey; Marta Lois, concejala de Compostela Aberta, y el economista Manolo Lago, son cuatro de las personas del núcleo político más cercanas a Díaz, aunque aún no está definido si estarán también al frente de Sumar. La ministra de Trabajo también cuenta con los consejos de catalanes como el excoordinador de Cataluña en Comuna, Xavier Domènech; del diputado europeo de los comunes Ernest Urtasun, y también del ministro de Universidades, Joan Subirats.

Esquerra Unida, bajo el liderazgo de Alberto Garzón, ha dado un apoyo incondicional a Díaz, que ve con buenos ojos su propuesta de convocar unas primarias -que también reclama Podemos- para la candidatura general. La relación del vicepresidente con la UE viene de lejos, al igual que con el Partido Comunista de España (PCE), formación que ahora dirige el diputado Enrique Santiago y en la que aún trabaja Díaz.

Sumar también quiere aglutinar formaciones más pequeñas como Aliança Verda, encabezada por el diputado Juantxo López Uralde -vinculado a Podemos, pero con afinidad con la ministra de Trabajo- que ya ha dejado clara su voluntad de fusión. Así como partidos como el aragonesista Chunta, la coalición navarra de Podemos y UE con Batzarre o Galicia en Común del diputado Antón Gómez Reino, uno de los hombres de confianza de Díaz en el Congreso, junto al diputado Txema Guijarro. En el Congreso, es el presidente del grupo, Jaume Asens, quien hace el papel de bisagra entre todas las sensibilidades en el día a día de la acción parlamentaria. Porque los recelos entre las voces del espacio se notan en la Cámara Baja y en el Gobierno español. Por eso el desafío de Díaz de unir a toda la constelación de partidos en torno a Sumar no será fácil, pero de ello dependen las opciones de la izquierda para reeditar el gobierno de coalición.


Source: Ara.cat – Portada by www.ara.cat.

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